despertaría temprano todos los días
para prepararte el desayuno.
Me daría miedo que heredaras mis vicios
Y aún más, mis estúpidas virtudes.
Te mostraría la buena música, la buena bebida,
los buenos modales y los buenos días.
Si fueras mi hija
Dormiría hasta tarde alejando los miedos,
hasta que dejasen de ser tuyos.
Me daría miedo y celo al verte con otro hombre
pero estarías lista para matar a cuantos fuere necesario.
Te mostraría las mejores películas, los postres más dulces
y las risas más duraderas.
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