kitsune

miércoles, 2 de abril de 2014

Luz de luna morada (eterna media noche)

Dime cuando podre morder tu ombligo
Mi afrodisíaco más preciado, mi deseo potentado,
en la sexy hamaca moviéndose adentro y afuera,
con el rito de caderas soldadas,
pegadas y destilando el mismo sabor a sal de mar.

La playa segregando fondo musical,
la arena fría que aprecio cual gamuza en la piel
me coquetea mientras mecemos por encima del mundo,
en las cielos de un par de palmeras
Indiscretas de tus botones…

Lamer tu cuello es delicia que mis manos envidian al acariciarte,
abajo, tentando la humedad,
tu afrodistica estampa me libra de una existencia banal…
Me hago noche y luna para verla dormir.

Una sombra se aparece a su entrepierna y le mima los labios,
las mujeres prefieren una voz profunda y en tono de susurro,
mientras ella se reclina sobre el vientre de paloma
siente la sombra y sabe a dónde se dirige,
a donde (como) se transforma.


Mi voz morada le susurra las piernas le besa y hace de trabalenguas labios,
se enamora del perfume de su blusa,
se alarga de pierna y de sexo…
Se estremece…
                               se retuerce…
En su piel se amalgama la sombra donde uno y otro
siempre es uno…
Mientras más tiempo paso en este mundo
más vicioso me enjuicia la luna de media noche.



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