kitsune

viernes, 4 de abril de 2014

Un arcoíris en la noche

Esa hermosa sensación de seguridad y respaldo.

Ese calor que se cuela desde el estomago hasta la nuca
 y regresa en forma de frío cuando no estás.


Miro a la luna y le pregunto cómo escaparme de la verdad
como hago para entrar en el multiverso y cambiar mi verdad por otra.

Debe haber un ángel en el cielo nocturno con una sonrisa en el rostro
porque sabe que debería estar contigo,
 Pero, al enfrentar la realidad,
suelo imaginar cómo sería ser el primero en morder la manzana.


Las libélulas de la imaginación me acunan con su show   nocturno
y liberan mi libido fugaz mientras sueño en como hubiera sido mejor,
mientras pienso en cómo será la próxima vez que te vea,
y hacer lo que sea para decir…

tengo una mujer!! que me ama temprano en la mañana,
suavemente al despertar, es dulce toda la tarde, y en la noche solo sueña conmigo.


Pero regreso a la manzana,
y me quejo y me odio por no ser el primero en morderla
¿Por qué debe de estar la manzana mordida para llegar al corazón?
¿Por qué no pueden dejar la manzana con una sola persona?

Pues porque a la gente le gusta morder las manzanas de los demás,
y eso es solo para probarlas, quieren un buffet de manzanas, manoseándolo todo,
dejándonos un montón de manzanas mordidas y oxidadas
dejándonos ira y odio, con un intenso deseo de regresar el tiempo y matarlos a todos.

Y en mi onírico desvarío oigo todo como si fuese solo un rumor,
un mal chisme que molesta y angustia
una mala memoria de una mala noche, pienso que la realidad es un sueño…

Palabras de dos ojos que se ven sobre el mar, olvidando el día en que aprendí a perdonar
barcos negros que surcan las mareas de Dios,  gaviotas sobre el delicado marco de nubes,
que resaltan la sirena más hermosa de todas, y un marino que lamenta su desolación.

un marino que se deja caer en el mar para intentar ser rescatado por la sirena,
un marino sin sueños ni esperanza, porque no quiere vivir sin amor,
un marino que podría sobornar, asesinar, tragarse su ego, contradecir a la mar, 
 y todo para inspirar un hasta luego…


Pero cae y se ahoga, es un cero a la izquierda, y no desea oír lo que todos dicen…
los mismos consuelos genéricos sin importancia.


Ella lo quiere,
pero el cariño de él es distinto, es un cariño que solo la quiere cerca de él,
la busca para escribirle, para pelearse, ser regañado y perdonado, bailar con ella sobre las olas,
para ser besado, abrazado, para querer vivir…

 Mientras lanza la última burbuja de aire, se desoja y la busca en el techo de su corazón,
llora la soledad de su cuerpo, la sangre deja de correr para apagar su dolor,
y el único refugio de todo esto es un instante que ni a beso llego,
un instante de amor…


Dime en donde es donde los sueños hacen nacer tu voz,
en donde a uno le enseñen tener tus labios,
¿En dónde termina la fantasía para volverse realidad?
¿Dónde estás?


Tengo miedo de ser el marino que cayó al mar,
y me muero por suplicarte una vez más, no te vayas,
dejare de esconderme las heridas, porque te voy amando cada día más,
porque tiemblo de muerte si otro te observa, y de miedo cuando no estás cerca.


Voy a divertirte, te abrazare cada día para sentir ese flechazo que endereza la espalda,
sabré lo que piensas, y me batiré en duelo con las tormentas para ver el alba.


Haré planes para dos, y dejare de reír solito en sueños, los ojos permanecerán secos
lloraran solo de felicidad, te soltaras ese pelo, yo lo que quiero es que bailemos un vals
hasta no hacer otra cosa que reír como tontos y decirnos, te quiero…

¿Estoy despierto o dormido? ¿O solo necesito verte donde quiera que este?

Me despierto emocionado y me doy cuenta de que pasa el tiempo y no te veo,
pero el viento me enfría entre frases inciertas, e incluso pregunta por ti,
 me respondo al viento... me respondo a ti.
Pronto me enfrento al incierto con espada y escudo,
solo faltan 2 palabras que decir…
te amo.


Aun sigue siendo de noche y a las 3 de la mañana nadie contesta su celular de buenas,
bueno, en otro momento será.


Caigo dormido y veo a una sirena sentada junto un árbol, secándose bajo las estrellas
mientras acaricia una fotografía, llora una flor y lamenta una esquela,
sentada junto a el altar de un marino que ella decidió amar demasiado tarde.


 Mis libélulas toman la sirena para plantarla cual esqueje
  para convertirla en esponsales para otra vida, donde el marino aceptara seguro.

Me despierto…

Y me doy cuenta de que vivir sin amor es tan imposible como ver un arcoíris en la noche.



Copyright © Derecho de Autor

No hay comentarios:

Publicar un comentario